viernes, 5 de junio de 2009

Atormentada



Las presencia fantasmagórica de Jean Paul y la más tangible y real de George hacen que este mi coñazón se sienta como una cáscara de nuez flotando en una torrentera pirenaica tras un copioso deshileo previo a los idus de marzo. Y me atenazan las dudas, y mis manos de mujer se sienten ateridas al no encontrar la añorada piel que acariciar, los labios que besar ni las barbas que recorran mi suave piel de mujer hidratada. Asimismo siento como se me entristece la mirada y presiento como la demencia podría abrirse paso entre tanto amor despilfarrado y tanta lujuria insatisfecha. Habrá pues que ofrecer sacrificios a los dioses y a los hombres para acabar con esta dramática situación. Como Hilas del siglo XXI espero a mi Hércules con ansiedad y deseo, y también con la certeza de que EL llegará en su trono de oro y perlas altivo y resplandeciente a mi encuentro como tierra fecunda y prometida que soy.

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