Y Júpiter poseyó a Leda

Y fui Leda amantísima y servidora entregada de su dios, entregué mi cuerpo al divino ser, y el destino se cumplió, y del huevo engendrado por esta Venus Genetrix Apolinea nacieron el Amor, el Deseo y el Tiempo. Tan solo unas privilegiadas almas como Leda, Ganímedes y una servidora han sido tan afortunadas de ser elegidas por el dios de dioses, por aquel que domina la fueza del universo, por quien gobierna el Olimpo.
Pronto se acercan los Ludi Apollinares en los que se celebrará con especial dedicación esta reciente unión sacra.
Oh! Destino imparable que me ofreces los más altos honores que ni una gran Vestal podría soñar. Sacrificios, panegíricos, lapidaciones en honor a Juìter Caelestis, bacanales y circo...