jueves, 16 de julio de 2015

Vuelven los amantes y el trajín de palacio

Años estuvieron Marco Antonio y Cleopatra separados, angustiados y poderosos. Años quien suscribe en la misma tesitura. Vuelve el verano mallorquín y vuelven los amantes atraídos no solamente por las desarrolladísimas artes amatorias de esta avezada hetaira como de los diversos  placeres que la isla ofrece. Y una piensa: ¿serán capaces de desplazarse por este compendio de carnes, piel morena, savoir-faire, elegance y canas? O ¿serán los encantos de la isla lo que les atraen? Sea como fuere el palacio solo acoge a amigas y familiares, no hay sitio para el amor en Solangent. La centralita del amor, saturada por tantas indagaciones, preguntas y demandas, no da a basto para satisfacer las necesidades de los amantes pródigos. Teniendo en cuenta, además, las necesarias actividades amorosas que han de seguirse para granjearse el afecto de los lugareños. Hija del amor y del deseo, mi labor caritativa no se asemeja demasiado a aquella llevada a cabo por anteriores trabajadoras del amor del tipo de las dicteriades, auletrides, noctilucae o copae sino mas bien a la exquisita labor encargada a las hetairas o a las famosae.
Y si los dioses han querido que esa sea mi función en mi paso por este mundo, no seré yo quien ose contradecirlos.
Así pues, ¡que vengan al lecho aquellos que tanto gozaron con este mortal cuerpo!, ¡que sus entrañas sepan del amor capaz de Solange!...que sacien su hambre amatoria con las mas bella de las isleñas, y rememoren durante el largo invierno los placeres que gozaron en este estío del amor.