jueves, 11 de diciembre de 2008

Τερψιχόρη, Κλειώ y las cerdas voladoras

Odile no pudo acudir ayer a la cena que se celebró para celebrar la nueva morada de Madame Xaviera. Ella se encontraba en la clínica Buchinger sometiendose a un tratamiento de belleza esprés para mujeres ocupadísimas. Angelique me contó entre canapés, risas, riojas y sonrisas como el divorcio de su amado se ha consumado. Ella es bella, y tiene cara de mala, así que no me preocupa su solteria, que ha de durar menos tiempo que la aurora boreal. Tampoco me preocupa la elegida solteria de Pauline, empeñada en convertirse en la nueva imagen de mujer moderna delgada y enfermiza, que ressurgirá como ave fenix para encadenar con su amor al más bello de los herculeos mozos de la campiña madrileña.
Las pesadas Janette y Suzette, continuan absortas en su idilio lésbico lujurioso y desenfrenado, comportaronse tan molestas, enfadosas e impertinentes como desde hace unas lunas, aunque tuvieron el detalle de marcharse pronto y librar a nuestras pupilas del espectáculo bochornoso de marranadas y cerderias propias de salvajes puercas en celo a las que nos someten constantemente. Las que nos consideramos sus amigas no sé hasta cuando podremos soportarlo: los limites de la amistad no son lejanos a la frontera del buen gusto, el decoro y el respeto.
Las pobres Pauline y Angelique aguantaron estoicas todo el despilfarro de figuras sacads del camasutra representadas por nuestras porquidas amigas.
Gracias a los hados, Luteznia (Condesa de la Rioja Alta y Baja, Gran Dama de la orden da la Trufita, mujer donde las haya, etc etc) nos entretuvo y animó con su sentido del humor y mordaces comentarios como Clío moderna, al tiempo que Bañoncé nos deleitó con varias danzas dignas de la mismísima Tepsícore. ¡Cuanto ingenio!. Cierto es que cuando las damas de l acorte se juntasn es de necesidad que el aburrimiento salga huyendo despavoriodo por las rendijas de la puerta: tanta creatividad, savoir faire, etc.
Una vez ebrias y teniendo que soportar las quejas del vulgo por nuestra diversión nos retiramos cada una a palacio no sin agradecer a Madame Xaviera su hospitalidad y en mi caso las sabrosas croquetas. Me pierden.

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