viernes, 20 de junio de 2008

Revolución incandescente

Queridas amigas y enemigas todas,
ayer me llamó mi amiga Griselda tras larga temporada ausente. Como además de ser una mujer políglota y madre, es mujer trabajadora, las tareas propias de las hoy en dia abundantes superwoman la han tenido un poco alejada de mi persona, que no de mi memoria. Y viceversa.
Sea como fuere comentabamos ambas sendas las dos acerca de las penurias emocionales a las que Eros nos somete.
Hago aqyesta reflexión tras el inminente divorcio de Eugene y con el consiguiente periodo de duelo que sé seguirá. Espero, eo si, que como hija de la casa de la Fresange, sabré sobreponerme a tan duro revés que este año fatídico me ha mandado.
Por de pronto he abierto el balcón, soltado la trenza y dejo que bellos caballeros y villanos admiren el esplendor de una bella dama herida como yo. Tras la admiración y simulando pundonor, como planta carnívora ávida de carne hombruna expongo sutilmente mis más intimos encantos. Los hombres atraidos como polillas a la bombilla no pueden frenar su ardor y noche tras noche gozo del placer carnal pues no obtengo placer espiritual. Y chicas, no está nada mal la verdad. Ya me harté de falsas promesas de represiones interminables: yo soy Solange y una SEÑORA como yo no habrá de reprimir sus sentimientos ni sus inclinaciones.
Viva la Pepa, por cierto.

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