miércoles, 14 de mayo de 2008

Camafeo


Cuando llegué a mis aposentos del condado del sur tras dura jornada de tratamiento de belleza y ardua trabajo intelectual noté dos palomas mensajeras esperando en mi balcón. Eran mensajeras de mi amado, ¡¿como no?!. La primera me invitaba a acudir a su palacete donde me esperaba reposando tras ardua jornada en los campos aledaños, y en el mensaje portado por la segunda avecilla noté con desasosiego su deseperación ante mi falta de respuesta: en su misiva me comunicaba que si no nos veíamos ayer tendríamos que esperar eternamente hasta el viernes tras el estreno de la obra en que dedicado al arte del teatro es actor principal. Su belleza desmesurada le alza a esas cotas de fama y gloria. Al verlos, cuan rayo de tormenta desértica corrí que volé al palomar a mandar otro alado animal anunciadno mi inmimente llegada. Había convenido con mi amiga Jeanette en recorrer juntas en calesa el camino desde los dominios del sur a los palacios de la capital y así lo hicimos dicharacheras ambas, sendas las dos.
Conociendo la predilección de mi amado por los dulces me acerqué a una lujosa confiteria de elaboración artesana de camino a la capital donde unos deliciosos pasteles de chocolate me fueron entregados. Una mujer feliz, acompañada de mi amiga, en la calesa, con los exquisitos pasteles nos dirigimos al encuentro.
Cual sería mi sorpresa al ver a mi amado sosteniendo entre sus bellas manos un primoroso camafeo de la más extraordianria calidad con el que me regaló no solo los sentidos sino también su tímido amor. reproduzco parte de él aqui para vuestra admiración y embeleso.
Solange, una mujer feliz que luchando contra los ataques de sus uncrédulas enemigas muestra al mundo la cara oculta de su hasta hoy misterioso amor.

No hay comentarios: