viernes, 4 de abril de 2008

Sorda de amor

Dos palomas mensajeras y sendos emisarios reales llegaron a palacio enviados por mi amor. Como estaba haciendo mi sesión Williams-Weismuller no les ví, pero sus huellas dejaron constancia de su presencia. Rauda, alarmada y enamorada como nunca, telefoneé a mi amado que confirmó la mensajeria. Más veloz aun si cabe, corrí a montar en la carroza que me llevaría a su encuentro. Tres palomas mensajeras más recibí mientras me atiborraba a lentejas, el primer escrito leía "ya en casa, nos vemos en 20 min. pilla tabaco" seguido por: "Vente ya jo". Supongo que la última cucharada de potaje entraba en mi boca cuando la paloma se posó en el balcón. De nuevo un aleteo me sorprendió mientras me acercaba a la guarida de mi amor: este era un mensaje desafiante (pero lleno de ternura y desesperación por poseerme entre sus brazos, por besarme con frenesí, por acariciar mi cuerpo repleto de deseo: "Me voy a fumar el porro... como no vienes..". Entonces supe que me amaba. Bien es cierto que , tras termianr de ver La bella durmiente (versión delo s 30 de Disney), los besos y caricias de sus perfectas manos me insinuaron, sin duda, su sentimiento amoroso hacia mí. Mi amado susurró palabras de amor a mi oido mientras yacíamos acaramelados. Como me encontraba en el paraíso del amor no pude oir aquella frase completa que decía algo así como: "te quiero tanto"...o "me vuelves loco"..o algo así. Tengo que prestar más atención a lo que dice, y no quedarme embelesada admirando su bello cuerpo. Sus ojos grises y su naricilla recta me hablan de Aquiles y Patroclo, sus manos me recuerdan al Cid...su miembro al Kilimanjaro...su boca a extasis dionisiaco...
Después, al toque de queda, me acerque a Chez Vinagre donde me esperaba Ivette que, para mi sorpresa, estaba acompañada de la bella Davinia. La Hija del Sol Naciente se acercó más tarde y, una vez más, llegué a palacio a las 2 de la madrugada. ¿No aprenderé nunca?.
Estoy perdidamente enamorada.

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