A pesar del progreso de mi relación con Eugene de Salvá no puedo quitarme de la cabeza ciertos pensamientos que ensombrecen esta dorada etapa romantica y hedonista. ¿Es su negativa a vernos fuera de palacio fruto de una enfermedad mental de origen indefinido: agorafobia, miedo a los chismorreos, algun tipo de compleo de Edipo relacionado con Madrid, algun tipo de vampirismo o simplemente se avergüenza de ser visto con mi persona en público?. ¿Debo ponerme en guardia y buscar asistencia psicológica?. Para él, que yo estoy perfectamente bien de la azotea. ¿Sería recomendable tener más paciencia y esperar otros dos meses y ver como evoluciona el asunto?. ¿O debo confrontarlo con mis sentimiento y ver como reacciona o incluso ceder a las presiones de mis antiguos amantes y volver con ellos?. Queridas amigas espero angustiada vuestra ayuda en estos momentos cruciales de la relación, cuando esta ha de definirse de una vez por todas y seguir el inevitable curso del destino. ¡¡¡Oh Fortuna velut luna!!! Espero vuestros comentarios chicas.
Solange una mujer desesperada pero llena de amor (y otras cosas).
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