viernes, 14 de marzo de 2008

Cerveza, cava y pizza

Ayer recibí este mensaje de mi amor mientras trataba de decidirme por una botella de cava: "Me aburro". Como os habreis imaginado, expertas como sois ya queridas lectoras en nuestro lenguaje de tórtolos, esa frase se traduce por: "Cariño, ven a casa pronto por favor: no puedo vivir sin ti mi amor.". Así pues, una mujer como yo incentivada por tan alentador mensaje no pudo sino agarrar aquella botella con aspecto mas suntuoso, otra botella de cerveza (litrona para las amigas) y una pizza y correr a la caja para clientes con menos de 10 artículos. Donde un señor maduro (un viejo impertinente) estaba entreteniendo a la cajera (una inutil de piel morena y sonrisa fácil) con el proceso de pago por métodos digitales. Menos mal que otra hija del sol abrió su caja y raudas una zumbona y yo nos lanzamos a disfrutar de la magnanimidad del capitalismo y la explotación del trabajador mientras saqueaban nuestros bolsillos las maquinas registradoras. Elegí, acarreé y pagué.
Mi llegada a palacio fué recibida con muestras de júbilo (una leve sonrisa enmarcada en su precioso rostro) y un beso tierno de agradecimiento. La pornografía vendría maás adelante tras ver "Alejandro" en la tele y después de habernos bebido la cerveza y el cava ,y tras haber devorado la pizza cocinada en el microondas. Creo que era para horno pero ambos finjimos que eso era de importancia nimia y el microondas serviría igualmente para cocinarla.
¿Pero quien es capaz de negar que esto es amor cuando nos comemos las pizzas crudas, nos reprochamos las horas que nos quitamos de dormir por estar con el otro y todavia no nos pedorreamos frente al otro?. Si esto no es amor, puro y duro, ¡que venga Dios y lo vea!.
Y ya le estoy echando de menos. Se ha marchado esta mañana dejandome sola y abandonada en esta ciudad de perdición y cancaneo. Pero he vencido durante todo este tiempo las tentaciones de la carne y no temo caer rendidda ante ellas: soy una mujer rebelde que no se dejará llevar por la lujuria si no es con mi amado.
Si he conseguido negarme a los deseos de las hijas de la pérfida Albión, ¿que no podré hacer en el nombre de mi amado?. Y no fueron pocas las oportunidades que se me ofrecieron para yacer con los hombres de aquellas tierras húmedas: mi debú en la fiesta de cumplaños de mi amiga Nicky, donde se me instó encarecidamente a cantar (aunque hube de disculparme pues no me acoradaba de la letra de "Caravan") son prueba de ello. Cantante, aztriz y modelo como soy nunca tengo tiempo para descansar. y siempre encuentra una admiradores ocultos: Nicky me dijo que mi belleza había destrozado el corazon y la retina de dos de aquellos asistentes a la soireé, dos hombretones ingleses.
Aún así, olvidadiza como es una de su poder de seducción y atracción, mi ciego amor por Eugene de Salvá me impide mantener relaciones sexuales con otro que no sea él. HAsta yo me sorprendo: con lo facilona que he sido toda la vida. Es amor no cabe duda.
Por otra parte la semana pasada antes de mi partida a la islas del norte sucedió algo terrible. Soy una puta libidinosa, una Jezabel del siglo XXI, una mujer despreciable: en medio del coito, cuando nuestros cuerpos se alcanzaban al Olimpo del placer, cuando el metatarso se encuentra con la ingle, cuando la serotonina se dispara y la bilirrubina corre por nuestras venas, en medio de ese extasis de amor y deseo salieron de mis labios las vocales y consonantes delatoras de mi terrible enfermedad degenerativa (Alzehimer prematuro creo) y dije: Rafa. ¡¡¡Pero si ni siquiera conozco a ningún Rafa!!!. ¿Necesito acaso inventarme un amante ficticio como una paciente freudiana para conseguir la confirmación de nuestro amor?, ¿acaso estoy llamando la atención para obtener una atención que ya tengo?. O es simplemente que mi memoria siempre le relacionará a el con Rafa porque al conocerlo por algún motivo me empeñe en que su nombre era Rafa y no Salva. Ummmm. A Paula siempre le he llamada Julia. ¿Acaso el nivel de cercania no impide el error?. Que se lo digan a mi otra pobre amiga Eznia a quien siempre atino a llamar por su nombre al tercer intento.
Menos mal qu e tras terminar el apareamineto y presa de un dolor que me atenazaba el alma se lo comenté a mi amado que comprensivo me espetó: "Ya te vale". Eso es amor.

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