lunes, 31 de marzo de 2008

The End

Negras nubes se ciernen sobre la vida de Solange. Eugene de Salva parece de transtornos graves d e la personalidad que me había negado a admitir durante todo este tiempo. Una mujer decidida toma rápidamente decisiones: del mismo modo que entrega su corazón y su chichi con pasión y dedicación lo retira sin piedad ni remordimientos. Así pues el fin de la relación se acerca.
También existen problemas en palacio. El mundo se hunde a su alrededor pero Solange, como Maria Estuardo, presenta su magnificencia en tiempos difíciles, cuando los retos y los enemigos son mayores y mas poderosos, cuando su resolutiva personalidad la obligan a tomar decisiones acertadas y acciones arriesgadas.
Así pues he decidido que Eugene de Salvá tiene que salir de mi vida.
La dura decisión ha sido posterior a una maravillosa soiré en casa de mi amiga Ugenia donde unas zapatillas mágicas, regalo de Terpsícore, se apoderaron de mi esbelta figura y dancé durante toda la tarde al son de canciones pinchadas por mi querida amiga Eznia (exiliada en el norte estos dias bebiendo Rioja sin parar).
La fiesta ofrecida por Ugenia como bienvenida a su novia Celestina fue un reencuentro emocionante entre mujeres de mundo que no se encontraban juntas hace tiempo. Tanta belleza junta en aquella casa era indescriptible. Lorenza, Eznia, Janette, Celestina, Ivette, Michael Angel, ..etc etc.
Decidí para la ocasión un modelo de quinceañera que compré en mi juventud cuando residía en la costa esmeralda a los 23 años. Las curvas sugerentes, realzadas por las prendas, hicieron de mí una belleza en movimiento. Danzábamos, charlábamos, reíamos y bebíamos poseidas por la alegría de la buena compañía y el reencuentro con la hasta entonces exiliada en tierras ayende los mares Celeste.
Y entonces llegó una paloma mensajera con un mensaje de Eugene (notesé que ya no me refiero a él como amado) en la cual me requería junto a sí. Respondile, rauda, que en esos momentos me encontraba de soiré y con posterioridad estaba invitada al teatro. No debió sentarle muy bien porque ignoró dos mensajes que le mandé con posterioridad. Y claro una dama no puede ser ignorada más de dos veces. Jamás. Así pues, a no ser que presente una excusa apropiada: "estoy recién operado de apendicitis -hace tres horas", "ayer me amputaron las dos manos", "se ha derrumbado mi casa", "estoy hospiatalizado", "me muero", pues me temo que este idilio de amor se ha acabado.
Pero "a rey muerto rey puesto" así que calculo que para la semana que viene alguíen habrá ocupado en mi coñazón el lugar que Eugene ha llenado hasta ahora.
Veremos.

No hay comentarios: