Las condesas debemos cumplir con arduas labores propias de nuestro rango en estas fechas invernales de celebraciones y herejías. Por ello nos disponemos a partir a los barrios periféricos a cumplir con nuestras obligaciones y ofrecer dádivas a los menos favorecidos. En este sábado helado donde brilla el sol mi solemne culo se dirije a los bajos fondos a otorgar con nuestra compania a esas pobres almas. Espero que la pestilencia y suciedad de esos barrios marginales no ataquen mis organos olfatorios de forma tal que no perciba mi solemne narizon las esencias de mis perjumenes de mujer. ¡¡Desearme suerte chicas!!.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario