lunes, 30 de junio de 2008

Gloria Fuertes o la esencia del amor

Queridas amigas y enemigas todas, love is in the air!!. Gloria, amiga mia de toda la vida me trajo suerte con su poema de amor. Ayer domingo dia de triunfo de la selección española frente al pueblo teutón conocí a un apuesto doncel. La cosa sucedió de la siguiente manera: estábamos reunidas unas cuantas doncellas casaderas -alguna ya divorciada y poco animosa todo sea dicho- tomando té en el casón de mi amiga Fabiola, una mujer que adora los gatos por cierto, pareciése lesbiana de todo punto pero no lo es. Y entonces mientras intercambiábamos pastas y tés cotilleos y opiniones apareció tan bello galán. Me quedé extasiada, perpleja, anonadada, ante sus ojazos negros y su altiva calva, pero como una dama de mi linaje sabe disimular extremadamente bien me hice la desinteresada. Sucedió al cabo del rato , como siempre acaece en estas reuniones de señoritas, que el doncel tuvo por bien acercarse a mi, y yo a él, todo sea dicho. Y sin comerlo ni beberlo nuestros labios se fundieron en una danza de amor y pasión casi lujuriosa en medio de aquel ágape. Sus manazas rasgaron mi blusa enseñando al mundo mis opulentos senos al tiempo que sus ojazos morenos deshicieron todo atisbo de resistencia....
Henchida de deseo, con ábiles caricias le dejé saber que deseaba conocerlo de forma más íntima prontamente. Y así se disculpó de la reunión llamando una carroza. Y así, locos de amor fuimos a tomar un coctel para celebrar nuestro encuentro. Y después me llevó a su flamante palacio donde yacimos juntos toda la noche...
Yo desnucada y enamorada, y el altibo y satisfecho.
Y así empezó el amor con Don Diego de Mendoza, que ese es su nombre de ilustre abolengo.

Una versión más decadente de esta crónica leería: en la orgía de mi amigo Fernando conocí a Diego. Entró, me quede enamorado de su cuerpo...y de...su...todo. Nos besamos durante horas ignorando a los demás invitados y nos fuimos juntos en tren a su casa. Estuvimos casi toda la noche dale que te pego y luego nos fuimos de compras al supermercado.
Pero esa versión, chicas, no es más cierta que la otra...

Y habéis de saber queridas amigas, que esto va para largo...

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